1. Cajas fuertes de sobreponer, son las más comunes y se instalan sobre una superficie sólida como una pared o un piso. Están disponibles en diferentes tamaños y niveles de seguridad. Generalmente, tienen una puerta con cerradura y pueden contar con sistemas de combinación mecánica, electrónica o biométrica.
2. Cajas fuertes empotradas: Se instalan en una cavidad hecha en una pared, piso o mueble. Al estar empotradas, ofrecen una mayor discreción y seguridad, ya que son más difíciles de detectar y acceder. Suelen requerir de una instalación profesional.
3. Cajas fuertes ignífugas: Estas cajas están diseñadas para proteger su contenido contra el fuego. Están construidas con materiales resistentes al calor y aislantes térmicos para mantener el interior a una temperatura segura durante un incendio. Pueden tener una clasificación de resistencia al fuego en función del tiempo que pueden resistir.
4. Cajas fuertes para armas de fuego: Están específicamente diseñadas para almacenar armas de forma segura y responsable. Suelen cumplir con regulaciones y requisitos legales sobre el almacenamiento de armas. Pueden contar con cerraduras especiales y compartimentos internos para garantizar la seguridad y la organización.
5. Cajas fuertes de alta seguridad: Estas cajas están fabricadas con materiales extremadamente resistentes, como acero de alta densidad o aleaciones especiales. Además, incorporan sistemas de cierre y bloqueo avanzados, como cerraduras electrónicas de múltiples puntos, sistemas biométricos o sistemas de retardo.

Es importante considerar tus necesidades de seguridad, y el tipo de objetos que deseas proteger al elegir una caja fuerte. Además, asegúrate de adquirir una caja fuerte de calidad, preferiblemente certificada por organismos reconocidos en el campo de la seguridad. Si tienes objetos de valor extremadamente importantes o grandes sumas de dinero, es recomendable invertir en una caja fuerte de alta calidad y certificada por expertos en seguridad.